lunes, 9 de abril de 2012

LO QUE EL VIENTO Y LA MAR SE LLEVO EN VERACRUZ; FHB VS MAYL

Por Gabriel Alós Sala, Director TV Mundo

En los días de guardar de la Semana Santa reciente,  hice el tiempo para leer algo de lo mucho que tengo pendiente,  al fin que salsa, mambo y capoeira ya sé bailarlos, mientras que el rezo y los hipócritas  actos de contrición no se me dan; soy ateo y anticlerical,  a Dios gracias. Dios no es templos, mezquitas,  iglesias y clero político. Dios y Jesús son luz y verdad.

Asumo la posible consecuencia de mis actos, por el hecho de hacer eco con las ideas de José Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad Hasbun, tanto como los derechos de Editorial Grijalbo. Expongo al criterio de mis 70 mil 14 lectores  algunas consideraciones del libro “El Arte de la Guerra Electoral”, en el entendido de que quizá no esté al alcance de algunos o muchos veracruzanos, pero que tienen derecho a conocer algo de la verdad electoral de la guerra que se libró en 2010.

 Dice el impreso que es una guía esencial para entender cómo funciona una campaña política.
Si mis amables lectores  tienen medios para adquirirlo y estudiarlo, háganlo y si algunos de los candidatos de todos los partidos políticos son sus amigos regálenselo, claro siempre y cuando sepan leer. Les harán un bien. 

Que sea uno de los tres libros que marquen la vida de los candidatos. Digo.

Prologado por Rubén Aguilar Valenzuela, los autores narran entre otras cosas los secretos para hacer campañas ganadoras, aunque no necesariamente los candidatos  resulten triunfadores y si ellos son contratados para posicionar a candidatos hasta ahí llega su trabajo, la demás resultante es multifactorial.
En el caso específico de la elección gubernamental  de Julio de 2010 en Veracruz la batalla escenificada entre el candidato panista Miguel Ángel Yunes Linares contra el gobernador priista Fidel Herrera Beltrán, ojo, no contra el candidato priista Javier Duarte de Ochoa, a quien se ignoró de inicio ¿o todavía?. Miguel y Fidel, dos locomotoras en colisión dieron pie a  la parte final del capítulo  III.
“Campañas que se ganan, elecciones que se pierden. Miguel Ángel Yunes”.

 Los autores, Directores del Instituto de Artes y Oficios para la Comunicación Estratégica  plasman que como consultores a favor de MAYL tenían enfrente un escenario con intención de voto azul “poco favorable para él y muy favorable para el PRI “que de haberse llevado la elección en ese momento el PAN hubiera ocupado un lejano segundo lugar.

Por el lado de Duarte, candidato priista, existía el factor Fidel Herrera, “quien no sólo tenía una de las más altas calificaciones, sino también un consenso aprobatorio casi en el tope de la evaluación de mandatarios estatales en México.”

Tras investigaciones sobre opinión pública encontraron que potenciales electores preferían un cambio en las riendas del gobierno, crecía el grupo de  indecisos, coyuntura que abría oportunidad para conquistar votantes por partidos diferentes al PRI.

Los electores distinguían “la alta aprobación de FHB frente a un candidato Javier Duarte, que no tenía ni la trayectoria, ni la experiencia, ni la capacidad del gobernador. Los electores aprobaban al gobernador, pero esa aprobación no se heredaba a su candidato.”

Por ello fue que la estrategia en el equipo de MAYL  se enfocó a contrarrestar capacidad y experiencia entre éste y JDO, quien por su juventud no satisfacía inclusive ni a los tradicionales  priistas veracruzanos.
Con el slogan de  campaña “Yo me encargo” se resumía la capacidad y experiencia del soledense y en la que se englobaba que todos los problemas que se presentaran en un hipotético ejercicio de gobierno MAYL los resolvería por sus capacidades demostradas. 

Enfatizan los estrategas, con experiencia en 35 procesos electorales en México, Centroamérica y Suramérica,  que la campaña de Duarte “siempre tuvo una comunicación vacilante, cambios de mensaje de temas de campaña, del rojo (color asociado con el priismo) al blanco, y de los spots a los pocos días de salir al aire.” No ha mejorado  esa comunicación vacilante.

“El área de mayor peligro en la campaña era una contienda  de Yunes contra Herrera; en principio porque el segundo no estaba en la boleta electoral, la evaluación ciudadana de Herrera era muy alta, y en tercer lugar, por el factor personal de la confrontación que existía entre ambos personajes.”
Reconocen los consultores metodológicos  que MAYL durante toda la campaña “fue un candidato disciplinado, consistente y congruente”.

Por estrategia en un spot panista,  un priista  reconocía cualidades políticas del gobernador,  “decía que Fidel Herrera  era muy bueno pero que ya se iba, y que entonces mejor votaría por Yunes, ya que Duarte no era Herrera.”

Calificado como error de campaña fue que el PAN no solidificó un Coordinador  de campaña dado que a los pocos días  de iniciada,  el primero de ellos (Alejandro “Pipo” Vázquez Cuevas) dejó el cargo –hay quienes atribuyen este abandono a la capacidad  negociadora de FHB-  y que se eligió en verdadero Coordinador panista el propio candidato MAYL.

Al concluir las campañas la contabilidad electoral arrojó datos, de 55 a 60% de electores preferían un gobierno distinto al PRI, de 40 a 45% que continuara; los datos oficiales arrojaron que JDO obtuvo 43% MAYL 41% y DDR 13%. La mayoría de los veracruzanos prefirió  la salida del PRI del gobierno estatal
Si se hubiera dado una declinación de DDR a favor de MAYL, otra cosa sería Veracruz. La división de votos de la oposición al PRI impidió un gobierno diferente. Javier Duarte de Ochoa no existiría políticamente, ya lo hubiéramos olvidado los veracruzanos, su presencia actual,  debe reconocerlo el priismo, inclusive nacional,  se la debe a la maniobra –en todas sus facetas- de Fidel Herrera, Fidel creó al monstruo multicolor que se olvidó del rojo que lo hizo nacer.

En una de esas facetas se apunta “el día de la jornada electoral estuvo plagado de irregularidades, tanto en el terreno como en la instancia electoral que debía vigilar la legalidad de la elección; incluso el programa preliminar  de resultados electorales “se cayó” cuando Yunes iba arriba, y volvió a “subir” la página oficial del Instituto Electoral Veracruzano ya con una ventaja favorable para Duarte.”  

Concluyen  Ibinarriaga y Trad que la campaña del PRI excedió gastos de campaña, tuvo poca legitimidad el árbitro electoral, tuvo una maquinaria electoral apoyada desde el gobierno estatal, mantuvo contra MAYL  una campaña de desprestigio  negativa, omnipresente y costosa, manejó un presupuesto que sobrepasó lo permitido por la ley.

“Ganamos la campaña…aunque el resultado oficial haya sido que perdimos la elección.”

Por todo el trabajo político –con todo lo que ello implica- desarrollado por Fidel Herrera, extraña a sus seguidores y admiradores  priistas veracruzanos, no haya sido incluido hasta el momento-  en los cuadros de estrategias o grupos de tamaleros tricolores, no obstante que hace unos meses le reconocían capacidad para maniobrar por la causa tricolor en el norte del país.   
Si durante 70 años el PRI se mantuvo en el poder gracias a infinidad de triquiñuelas no es posible creer que ahora Enrique Peña Nieto prescinda de priistas con las capacidades políticas discutibles  –según el cristal a través del cual se mire- como Ruíz, Marín, Moreira, Herrera, etc.   

¿Cuál será la estrategia, en qué momento de la campaña presidencial reaparecerán?

En las campañas actuales de Diputados y Senadores en Veracruz, ¿cuál es rol que están jugando  Miguel Ángel Yunes y Fidel Herrera? ¿Continúa la batalla? ¿Javier pactó ya con Miguel y olvidó a Fidel?
Interrogantes de la Pascua 2012.

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